Foto del sitio http://www.laolla.tv/ |
La sociedad ha creado una imagen del preso que se ha establecido a través del tiempo. Desde aquel con uniforme a rayas a el 'tumbero' con tatuajes.
La realidad es que el sistema penitenciario argentino no logra que la persona privada de su libertad viva dignamente en los pabellones, en cambio, le aplican una doble condena. Torturas, mal trato, amenazas, muerte y como siempre, impunidad.
Dentro de la cárcel se sobrevive, los presos deben armarse una vez ingresan en el penal, no tienen nada, le roban a sus compañeros para poder tener un par de zapatillas o un abrigo, según narra Hernan Zin
El Informe anual 2011 de la Comisión Provincial por la Memoria y del Comité Contra la Tortura concluyó que hay sobrepoblación, la capacidad del Sistema Penitenciario Bonaerense es de 15.600 plazas y el índice de ocupación carcelaria es del 167%. Las muertes han crecido al igual que la violencia y las torturas dentro de los lugares de detención. En 2010 murieron 133 personas, algunos en hechos traumáticos, otros por suicidio y también por enfermedad.
¿A quién le importa cómo viven los reclusos?
La cuestión no es defender a alguien que quizás cometió un delito, no es tarea nuestra ni de los policías. Nadie espera nada de una persona que no ocupa su tiempo, que se alimenta mal y siente frío. Una vez en libertad, no tiene trabajo y su pasado lo condena para siempre.
En Neuquén la situación no es diferente, el 22 de mayo la policía mató a Cristian Ibazeta en la Unidad 11. Él había sido testigo de las torturas en esa Unidad penitenciaria en abril de 2004. Su crimen sigue impune, el sábado pasado su hijo sufrió amenazas de parte de la policía. La violencia no solo es golpear, agredir e insultar. No seas indiferente, no estigmatices ni mires al costado. No se puede seguir escondiendo ni justificando estos hechos.
Sumate a descubrir las historias entre rejas.
0 comentarios:
Publicar un comentario